miércoles, noviembre 12, 2008

Pensamiento estratégico

Pienso estratégicamente cuando tengo claras mis prioridades. En este sentido ¿en qué medida mi desempeño actual –en todas las áreas: espiritual, afectiva, laboral y económica, entre otras– se ajusta a mi plan de vida?

Como humanos tenemos valores agregados por potencializar que se deben tener en cuenta en el momento de organizar los sueños o metas: ser mejores personas, capacitarnos en el servicio desinteresado, saber escuchar, perdonar o sencillamente: amar. Así pues, cuando voy más allá de las percepciones propias y tengo en cuenta la forma de pensar del otro, se consolida mi punto de vista o por el contrario, se entra en un desacuerdo que beneficia y enriquece a ambas partes.

Para ser parte del sistema –aunque a veces nos rehusemos a ser partícipes de él- hay que entender al semejante y comprender que la dinámica actual es diferente: vivimos en un mundo cada vez más homogéneo en lo material y más heterogéneo en lo espiritual; un mundo habitado por hombres y mujeres que aprenden a movilizarse para que se respete su identidad sexual, sus diferencias políticas, étnicas o religiosas y se lucha por los derechos inherentes de cada ser humano. Derechos que son inseparables de mi plan de vida.