viernes, septiembre 30, 2005

Intervalo (Fragmento)


Soledad: Hoy es mi compañera y amiga en esta batalla.
Impresiones de destierro retumban en mi integridad y se prende un fuego en mi interior.
Pasan los meses, vivo los sinsabores de esta crueldad y me enmascaro en los dolores de este encierro.
Las armas de los hombres y mujeres que me rodean no me intimidan y mi apetito se transforma es un ansia de libertad: un lamento desgarrado que proviene del alma.

Es hoy o vivo en el ayer y en el mañana.
De todas maneras, me reconforta saber que existo.
Aunque hay circunstancias en las que el tiempo y su relación con el espacio no se prestan para pensar en la eternidad, sueño con regresar a mi hogar, amar intensamente a mi esposa, ser partícipe del crecimiento de mis hijos, abrazar a mis padres, salir de paseo con la libertad y, por supuesto, compartir mis contradicciones con los que amo.
Los días pasan.

Dios se introduce en mis flaquezas y recuerdo tambaleante las oraciones que repetía de niño.
Una fuerza interna me reanima.

Escucho ruidos atípicos, nace una esperanza.
Los días de esclavitud terminan, pero debo encontrar las palabras correctas, sabias y coherentes para decir adiós, esto es un nunca jamás.
La historia, mi propia historia continua mientras viva, mientras sueñe.

La violencia, la crueldad y la insensatez de unos pocos destruye, hiere, mata.
Y aunque durante dos años mi precio se fijó en dólares y mi vida y mi libertad no significaron nada, perdono de corazón y elevo cada noche una plegaria al cielo por los miles de hombres y mujeres que aún permanecen lejos de su hogar.

Soy libre.
Un radiante sol ilumina mi vida y de noche sus rayos aún queman mis mejillas.

Nota: Según datos del gobierno colombiano encontrados en Internet en 1999, 3334 personas fueron privadas de su libertad. Sucesivamente en el 2000, 3706; en el 2001, 3041; y en el 2002, 2986. Esto, sólo por citar una pequeña muestra de los tantos y desgarradores datos que se encuentran en la red.

Foto: Og

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Y sabemos, auque a veces no queramos recordar, que los días de esclavitud aún continúan para mucha gente.
Todavía existen en países de América Latina (por poner un ejemplo) latifundios, empresas... donde trabaja mano esclava. Y muere gente que lucha por liberarlos.
Gracias por recordarnos con este post que detrás de cada número hay una persona, y de cada cifra miles, millones.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Amigo MAO, cierra su blog nuestro amigo Ciranobix, cristiano de guardia, así es que tú continúa por tí y por él ¿vale?, y no te dejes llevar por la desgana, por favor.
Un abrazo con el espíritu de Taizé.

Víctor M. Fdez. dijo...

No hay viernes sin lunes. Justo es valorar lo que tenemos por sí mismo, no por contraste a lo que nos falta.

Filos en Mundo de Sofía dijo...

Me he quedado encerrada en las palabras de tu comentario pensando en porque la vida sigue pintando de esos colores a la humanidad, o si la humanidad ha decidido vaciar su existencia en la vida dejando de vivir en paz.

Gracias por comentar en mi blog, te dejo un gran saludo y la esperanza de que de uno en uno se van cambiando las cosas.

Elva*

Anónimo dijo...

Un abrazo

Anónimo dijo...

De vez en cuando paso a ver si estás bien. Te suelo dejar un saludo silencioso.
Un abrazo

Víctor M. Fdez. dijo...

Leo las últimas cifras que citas y me viene a la memoria un libor: "El hombre en busca de sentido" de Viktor Frankl; la auténtica libertad no es estar libre de cadenas ni la mera posibilidad de elegir sino elegir lo que es bueno. Y no siempre sabemos o no siempre podemos...

Anónimo dijo...

Bueno, veo que ya no...

Anónimo dijo...

HOLA, ME AGRADARIA SABER TU PENSAMIENTO ACERCA DEL AMOR, CON EL CUAL PODEMOS Y LOGRAMOS ESQUIVAR LA SOLEDAD, UN ABRAZO DE OSO.

M.B.C.

Anónimo dijo...

Soledad, dulce compañia de nuestra existencia, la cual podemos disfrutar y contemplar, a través de este estado del ser humano, encontraremos el complemento de la existencia espirítual, habra muchos momentos de esta sensación, pero de cada uno de ellos, podemos alimentar nuestro ser y permitir la evolcuión del mismo, la podremos llevar como la mejor aliada en la turbulencia de nuestra existencia, pero allí, en ese estado, es donde radica al fortaleza del ser humano, para tomar impulso y continuar disfrutando del privilegio de la vida y dar gracias por el don de amar.

Un abrazo de Oso.

M.B.c

Anónimo dijo...

Creo que la soledad no es muy buena compañera, a veces hasta el mismo silencio te puede hacer compañía.

Luis Caboblanco dijo...

Solo quería decirte que me ha encantado la foto con la que has acompañado el artículo...

Anónimo dijo...

¡felices fiestas y Año Nuevo! (tendremos nuevos post?)

un abrazo

Anónimo dijo...

Bueno, veo que has abandonado el blog. ¡Lo siento! Avisa cuando retomes y te vuelvo a colocar en mis enlaces. ¿De acuerdo?
Hasta siempre.

Anónimo dijo...

¡Feliz año nuevo!
¡Para tí mis mejores deseos para el año que viene!

Un abrazo
(Aunque no postees no te olvidamos)